En julio de 1996 el hallazgo casual de restos de fauna extinta en un predio particular de San Miguel Tocuila, así como el oportuno aviso y permiso de los propietarios para que se efectuase la excavación arqueológica en el lugar, permitieron poner en relieve la importancia de un importante yacimiento arqueo paleontológico de finales del Pleistoceno e inicio del Holoceno.
El proceso de excavación se efectuó a vista de la comunidad y ello estimuló el interés de un importante sector vecinal que impulsó la propuesta de que parte del hallazgo se conservase en la población, propuesta que fue consentida por los propietarios dando paso a una serie de gestiones que, con el apoyo del Ayuntamiento de Texcoco, la Universidad Autónoma Chapingo, Fundación Cultural Trabajadores de Pascual y del Arte, además del equipo de investigadores, condujeron a la construcción de un modesto Museo que desde febrero de 2002 muestra in situ parte de los materiales que fueron descubiertos.
Los hallazgos de 1996, la construcción del Museo de sitio y la gran difusión pública y mediática que el descubrimiento científico tuvo en su momento, han contribuido a que éstos hayan sido adoptados como un elemento más de la identidad comunitaria.
En ese contexto y después de la pandemia, el Museo Paleontológico Tocuila busca ampliar su compromiso social, promoviendo una nueva dinámica que vaya más allá de la exposición in situ y el montaje de nuevo cedulario con información científica actualizada, al apoyar y promover un programa de eventos y actividades dirigido a diversos grupos de edad, siempre orientados a la conformación de comunidad y al fortalecimiento de la identidad cultural comunitaria.
Ven a conocer un paisaje donde hace más de 10 mil años se cazaba a los mamuts, un paisaje en el que eran destazados para ser consumidos y algunos de sus huesos usados como herramientas.